La actividad física es enormemente beneficiosa para la salud, pero nos obliga a prestar especial atención a nuestra piel. Y es que los agentes medioambientales pueden resultar muy dañinos para el cutis si no tomamos las debidas precauciones.
En este artículo, extraído de www.deportesalud.com, veremos que cualquier tipo de actividad física tiene una incidencia directa en nuestra piel. Más allá de la época del año en que llevemos a cabo la práctica deportiva.
Primero que todo, es importante considerar si es que el deporte favorito nos obliga a sufrir constantemente los embates del agua clorada, la radiación ultravioleta, la transpiración excesiva, el frío extremo, el viento o la deshidratación. Si es así, tomemos en cuenta los siguientes consejos:
• Actividades como la bicicleta, aeróbica o trote involucran una gran pérdida de agua. Por eso es importante hidratarse bien antes, durante y después de la rutina habitual. De ese modo la piel compensará la humedad perdida. En el caso específico de la cara, debido a la alta cantidad de toxinas que se liberan con la actividad física intensa, es recomendable limpiarla bien una vez que haya finalizado la práctica.
• Si usted realiza las actividades anteriores al aire libre, nunca olvide utilizar un protector solar con filtro UVA y UVB. De este modo evitará los daños de la radiación ultravioleta, lo que se traducirá en una piel más sana, que no envejecerá en forma prematura.
• Si su deporte es la natación, es importante que después del baño se aplique una buena crema hidratante, tanto para la cara como para el cuerpo. El pelo resulta especialmente dañado con el cloro, por lo que es necesario lavarlo con productos ricos en proteínas y vitaminas. También es aconsejable aplicarse una mascarilla nutritiva a la semana. De modo de formar una película protectora del cabello- y usar gorra de baño.
• Si su actividad física preferida tiene lugar en la montaña -como el esquí, alpinismo o las excursiones-, no se olvide de que el sol, el viento y el frío serán implacables con su piel. En estos casos es recomendable utilizar pantallas solares gruesas. Cada 1000 metros de altura aumenta un 10% la radiación solar (en los centros de esquí hay alrededor de un 30% más de radiación que en el llano).
Recuerde estos consejos, le serán de mucha utilidad no solo para el momento de la actividad, sino para prevenir las lesiones que se producirán a lo largo del tiempo en el órgano mas extenso de nuestro cuerpo: la piel.
Dr. David Sznajderhaus (www.docterapi.com)
Médico Deportólogo
MN 70.630